La vejez desencadena muchas dificultades neuronales que pueden causar dificultades a los afectados y sus familiares, entre las que destaca el Alzheimer que destruye a muchas neuronas de manera progresiva. La medicación y ayuda de los familiares son el tratamiento convencional, sin embargo, cada vez más optan por la terapia con células madre por su capacidad de mejorar los síntomas comunes. Para que sea exitosa es importante que las células administradas vía intravenosa y se diferencien en distintos tipos de neuronas y células del cerebro de manera adecuada, además, se requieren tratamientos a largo plazo.
¿Qué síntomas pueden tratarse con células mesenquimales?
El Alzheimer es una forma demencia bastante común. Consiste en una enfermedad mortal que provoca pérdidas neuronales que derivan en amnesia e inflamación crónica, además, causa deterioro progresivo de las capacidades cognoscitivas. Muchos la subestiman, pese a que se trata de la sexta causa de fallecimientos en todo el mundo. Actualmente, cada vez más familiares optan por el uso de células madre mesenquimales procedentes de la placenta y envoltura del cordón umbilical para tratarla, gracias a que ayuda a mejorar varios síntomas asociados, por ejemplo:
· Confusión y pérdida de memoria a corto y largo plazo.
· Aislamiento y apatía.
· Depresión y cambios de humor.
· Agresividad y desconfianza hacia las personas, incluso las más cercanas.
· Cambios en los hábitos de sueño.
¿Cómo pueden ayudar las células madre?
La terapia con células madre, si bien no solucionan de raíz el problema, ayudan a que los afectados tengan una mejor calidad de vida gracias a que propician la formación sináptica, la producción de acetilcolina (que actúa en la transmisión de los impulsos nerviosos) y la neurogénesis. Promueven también la reducción de la muerte de las células cerebrales y el estrés oxidativo.
Las clínicas prefieren las células extraídas de la placenta y cordón umbilical, debido a que son una excelente alternativa para la regeneración y por diversos estudios que muestran que poseen tropismo superior, alta capacidad de diferenciación, hipoinmunogenecidad y por su actividad paracrina, aspectos de los que carecen las células alogénicas.
Hay evidencias que demuestran que las células mesenquimales poseen entre sus funcionalidades la capacidad de diferenciarse en muchas moléculas neuroreguladoras e incrementan diversos factores, por ejemplo, neurotrófico que procede de las células gliales (que es parecido a la insulina uno), neurotrófico procedente del cerebro, factor de crecimiento endotelial vascular y péptido.
Muchos especialistas afirman que el implante de células en zonas de lesión nerviosa puede propiciar la recuperación funcional gracias a que promueve la producción de factores tróficos responsables de la regeneración y supervivencia neuronal. Si la terapia con células madre se realiza mediante inyección intravenosa puede atravesar la barrera hematoencefálica para que las células lleguen a las áreas de lesión neural sin que se presente una reacción inmune.
Algunos estudios sugieren que pueden mejorar los síntomas mediante diversas vías, por ejemplo, con la estimulación de la sinaptogénesis, neurogénesis y diferenciación neuronal, la disminución de la formación de placas de beta-amiloide y de la inflamación con la disminución de las citoquinas proinflamatorias y el incremento de las neuroprotectoras. También corroboran mejoras notables en el déficit de memoria.
Si un familiar suyo presenta Alzheimer o demencia y consideran pertinente que reciba un tratamiento con células madre en México bajo la supervisión de un especialista certificado y experimentado, contacten al Dr. Juan Manuel Ortega van Beusekom a través de los números (55) 5573 0824, (55) 4363 9783 o visiten sus instalaciones en Zapotecas #24, Pedregal de las Águilas, alcaldía Tlalpan, CDMX.
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